7. Ese levita tiene el derecho de ministrar en el nombre del SEÑOR en esa ciudad, de la misma manera que sus hermanos levitas que trabajan allí regularmente.
8. Tendrá participación de los sacrificios y ofrendas por derecho propio, no como ayuda en caso de necesidad.
9. »Cuando hayas entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, tendrás especial cuidado de no dejarte llevar por las costumbres corrompidas de las naciones que ahora viven allí.
10. Nadie debe presentar a su hijo o hija como ofrenda para ser quemada. Tampoco se debe practicar la adivinación, la brujería, la hechicería,
11. la magia, el encantamiento, el ser médium espiritista o el consultar los espíritus de los muertos.
12. Cualquiera que haga estas cosas será abominable delante del SEÑOR, pues es por esta causa que el SEÑOR echa de esta tierra a los pueblos que la habitan.
13. Deberás comportarte de manera irreprensible delante del SEÑOR tu Dios.
14. Las naciones de cuyo territorio tú te adueñarás practican todas estas maldades; pero el SEÑOR tu Dios no permitirá que tú las practiques también.
15. »El SEÑOR tu Dios hará surgir en medio de todo el pueblo a un profeta como yo; a un hombre a quien deberán oír y obedecer.
16. Esto fue lo que pediste a Dios en el monte Horeb. Allí, al pie de la montaña, le rogaste que no te hiciera oír su voz majestuosa nuevamente ni ver el fuego aterrador que estaba sobre el monte, porque tenías miedo de morir.
17. »“Bien”, me dijo el SEÑOR, “haré lo que me han pedido.
18. Levantaré de en medio de ellos un profeta como tú. Yo le diré lo que tiene que decir y él les dirá todo lo que yo ordene.