10. Nadie debe presentar a su hijo o hija como ofrenda para ser quemada. Tampoco se debe practicar la adivinación, la brujería, la hechicería,
11. la magia, el encantamiento, el ser médium espiritista o el consultar los espíritus de los muertos.
12. Cualquiera que haga estas cosas será abominable delante del SEÑOR, pues es por esta causa que el SEÑOR echa de esta tierra a los pueblos que la habitan.
13. Deberás comportarte de manera irreprensible delante del SEÑOR tu Dios.
14. Las naciones de cuyo territorio tú te adueñarás practican todas estas maldades; pero el SEÑOR tu Dios no permitirá que tú las practiques también.
15. »El SEÑOR tu Dios hará surgir en medio de todo el pueblo a un profeta como yo; a un hombre a quien deberán oír y obedecer.
16. Esto fue lo que pediste a Dios en el monte Horeb. Allí, al pie de la montaña, le rogaste que no te hiciera oír su voz majestuosa nuevamente ni ver el fuego aterrador que estaba sobre el monte, porque tenías miedo de morir.
17. »“Bien”, me dijo el SEÑOR, “haré lo que me han pedido.
18. Levantaré de en medio de ellos un profeta como tú. Yo le diré lo que tiene que decir y él les dirá todo lo que yo ordene.
19. A cualquiera que no escuche los mensajes que él presente de parte mía, yo le pediré cuentas personalmente.
20. Pero si un profeta dice traer un mensaje mío sin ser cierto, ese profeta morirá. Y cualquier profeta que afirme tener un mensaje de otros dioses deberá morir”.
21. Quizá te preguntes: “¿Cómo sabré si una profecía es de Dios o no?”
22. Si lo que ese hombre ha profetizado no ocurre, no es el SEÑOR quien ha dado el mensaje. Lo ha fraguado él mismo, no le tendrás temor.