3. Derribarás los altares, destruirás las estatuas, quemarás las imágenes de Aserá, destruirás los ídolos de metal y no dejarás nada que te los recuerde.
6. Allí llevarás al SEÑOR tus holocaustos y los demás sacrificios: los diezmos, las ofrendas presentadas con devoción delante del altar, el pago de tus votos, las ofrendas voluntarias y las primicias de tus rebaños y del ganado.
7. Tú y tu familia harán fiesta allí delante del SEÑOR tu Dios y te regocijarás en todo lo que él ha hecho por ti.
8. »Nadie hará lo que bien le pareciere, como hasta ahora.
9. Porque estas leyes no entran en vigor hasta que no hayas entrado al lugar de gozo que el SEÑOR tu Dios te ha dado.
24-25. Derramarás la sangre sobre la tierra, de este modo, a tus hijos y a ti les irá bien.
26-27. Pero lo que hayas consagrado al SEÑOR, las ofrendas que hayas prometido en tus votos y los holocaustos deben ser llevados al altar. Esto sólo puede ser ofrecido sobre el altar del SEÑOR, tu Dios. La sangre será derramada sobre el altar, y comerás la carne.
28. »Obedece cuidadosamente todos estos mandamientos. Si haces lo que al SEÑOR tu Dios le agrada, te irá bien a ti y a tus hijos para siempre.
29. Cuando Dios destruya las naciones que habitan en la tierra donde tú vivirás, y las hayas expulsado,
30. procura no seguir su ejemplo ni adores a sus dioses. Tampoco te dejes llevar por la curiosidad y preguntes cómo adoran a sus dioses estas naciones, para luego ir y adorarlos de la manera que ellos lo hacen.
31. No debes insultar a tu Dios de esa manera. Estas naciones han hecho cosas abominables que él aborrece, todo en nombre de su religión. Hasta han llegado a quemar a sus hijos y a sus hijas delante de sus dioses.
32. Obedece todos los mandamientos que yo te doy; no les añadas ni les quites nada.