18. ¡Oh mi Dios, pon atención y escucha mi petición! Mira toda la desgracia que estamos sufriendo, y a tu ciudad en ruinas, pues todos saben que ésta es tu ciudad. No te pedimos porque creamos que merecemos tu auxilio, sino porque sabemos que tú eres misericordioso.
19. ¡Oh SEÑOR, escucha; por favor, SEÑOR, perdona! ¡Oh SEÑOR, escúchame y actúa! No te demores, hazlo al menos para cuidar la fama de tu nombre, oh mi Dios, porque tu pueblo y tu ciudad llevan tu nombre”.
20. »Mientras estaba orando y confesando mis faltas y las faltas de mi pueblo, y desesperadamente suplicando al SEÑOR mi Dios por Jerusalén, asentada sobre su santo monte,
21. el ángel Gabriel, a quien había visto en la visión anterior, voló velozmente hacia mí a la hora en que en el templo se realiza el sacrificio ritual de la tarde,
22. y me dijo:»“Daniel, yo estoy aquí para ayudarte a comprender estas cosas.