1. »Había llegado el primer año del reinado del rey Darío, el hijo de Asuero. Darío era medo, pero llegó a ser rey de los babilonios.
2. En ese primer año de su reinado yo, Daniel, estaba estudiando el libro del profeta Jeremías, donde el SEÑOR la dice a Jeremías que Jerusalén debía permanecer destruida durante setenta años.
3. Así que rogué a Dios el SEÑOR. Oré, ayuné y me vestí con ropas ásperas, sentándome en ceniza.
4. Oré al SEÑOR mi Dios y le hice esta confesión:»“Oh SEÑOR, tú eres un Dios grande y maravilloso; tú siempre cumples tus promesas de misericordia hacia aquellos que te aman y viven según tus instrucciones.
5. Pero nosotros hemos actuado muy mal; nos hemos rebelado contra ti y hemos despreciado tus instrucciones.
6. No hemos hecho caso a tus servidores los profetas, quienes hablaron en tu nombre a nuestros reyes, príncipes, a nuestros antepasados y a todo el pueblo de esta tierra.