4. Entonces oí otra voz del cielo que decía:«Sal de esa ciudad, pueblo mío; no participes en su pecado para que no se te castigue con ella,
5. porque sus pecados se han ido amontonando hasta el cielo y Dios va a juzgarla por su perversidad.
6. Hazle a ella lo que ella te hizo a ti, e imponle doble castigo a sus maldades. En la copa en que preparó bebida para otros, prepárale una bebida dos veces más fuerte.
7. Ella ha vivido en derroches y en placeres sin límites; dale ahora dolores y penas sin límites. Ella se jacta diciendo: “En este trono soy reina. No soy ninguna viuda; nunca sufriré”.
8. Por tanto, ¡en un solo día caerán sobre ella peste, llanto y hambre, y al final la consumirá el fuego! ¡Poderoso es el Señor Dios que la juzga!»