3. Por eso el SEÑOR cambió de idea, y me dijo:—Muy bien, no haré esto.
4. Luego Dios el SEÑOR me mostró un gran incendio que él había preparado para castigar a los israelitas. Era tan violento que había ya secado las aguas y estaba secando toda la tierra.
5. Entonces yo dije:—¡SEÑOR mi Dios, te ruego que no lo hagas! Si tú te vuelves contra Israel, ¿qué esperanza queda? ¡Pues Israel es tan pequeño y débil!
6. Entonces el SEÑOR cambió de idea, y me dijo:—Muy bien, tampoco voy a hacer eso.
7. Luego me mostró esto: El SEÑOR estaba parado al lado de una pared y tenía en su mano una plomada, de las que usan los albañiles para comprobar si una pared está recta.