1. Esto es lo que Dios el SEÑOR me mostró en una visión: Él estaba preparando un vasto enjambre de langostas para destruir toda la cosecha que le pertenecía al pueblo. La primera cosecha, que era para el rey, ya se la habían entregado a él.
2. En la visión contemplaba cómo las langostas estaban acabando con todos los cultivos. Entonces dije:—¡SEÑOR mi Dios, te ruego que perdones a tu pueblo! ¡No les envíes esta plaga! Si tú te vuelves contra Israel, ¿qué esperanza queda? ¡Pues Israel es tan pequeño y débil y después de esta plaga les irá peor!
3. Por eso el SEÑOR cambió de idea, y me dijo:—Muy bien, no haré esto.
4. Luego Dios el SEÑOR me mostró un gran incendio que él había preparado para castigar a los israelitas. Era tan violento que había ya secado las aguas y estaba secando toda la tierra.
5. Entonces yo dije:—¡SEÑOR mi Dios, te ruego que no lo hagas! Si tú te vuelves contra Israel, ¿qué esperanza queda? ¡Pues Israel es tan pequeño y débil!
6. Entonces el SEÑOR cambió de idea, y me dijo:—Muy bien, tampoco voy a hacer eso.
7. Luego me mostró esto: El SEÑOR estaba parado al lado de una pared y tenía en su mano una plomada, de las que usan los albañiles para comprobar si una pared está recta.
8. Y el Señor me preguntó:—Amós, ¿qué ves?Yo respondí:—Una plomada de albañil.Entonces el SEÑOR contestó:—Yo probaré a mi pueblo con una plomada. Ya no me apartaré de mi propósito de castigarlo, le daré lo que se merece por sus actos de maldad.
9. Derribaré los altares y los templos de los ídolos que se ha hecho Israel, y también mataré con espada a la familia del rey Jeroboán.