4. El SEÑOR le dice al pueblo de Israel: «¡Acudan a mí y yo protegeré sus vidas!
5. No confíen en los ídolos de Betel, Guilgal o Berseba; pues la gente de Guilgal será llevada al exilio, y a los de Betel les sobrevendrá una gran desgracia».
6. ¡Acudan al SEÑOR y él protegerá sus vidas! Si no lo hacen, él vendrá sobre Israel como fuego y lo consumirá, y ninguno de los ídolos de Betel en los que ustedes tanto confían podrá apagar ese fuego.
7. ¡Cuánto van a sufrir aquellos que convierten la «justicia» en algo amargo como el vinagre y les tiene sin cuidado el derecho de los pobres!
8. Acudan a Dios, quien que creó las Pléyades y el Orión, quien tiene poder incluso para cambiar la oscuridad en mañana, y el día en noche; quien saca el agua del océano y la vierte sobre la tierra como lluvia. ¡Su nombre es el SEÑOR!
9. Él convierte en ruinas las grandes fortalezas y deja en puro escombros las poderosas torres defensivas.
10. ¡Cómo odian ustedes a los jueces honestos! ¡Cómo desprecian a la gente que dice la verdad!
11. ¡Cómo oprimen ustedes a los pobres y los obligan a entregarles parte de sus cosechas! Por eso serán castigados, de modo que no vivirán en las hermosas casas de piedra que están construyendo, ni tampoco beberán el vino de las abundantes viñas que están plantando.
12. ¡Yo sé que sus crímenes son incontables, que sus injusticias no tienen límite! Ustedes oprimen a la gente honrada, los jueces se venden por dinero y en los tribunales condenan injustamente a los pobres.
13. Por eso, debido a la maldad que existe, el prudente se queda callado.
14. ¡Hagan lo bueno y no lo malo, para que vivan! Sólo así el SEÑOR, Dios todopoderoso, verdaderamente será su ayudador, como ustedes lo han afirmado.
15. Odien el mal y amen el bien; dejen que reine la justicia en sus tribunales. Quizás así el SEÑOR, Dios todopoderoso, tenga compasión de los pocos israelitas que quedan.
16. Por lo tanto, el SEÑOR, Dios todopoderoso, dice esto: «Se escucharán sus llantos en todas las calles y en cada camino. ¡Llamen a los agricultores para que lloren con ustedes! ¡Llamen a las lloronas de oficio, para que les reciten lamentos!
17. Habrá tristeza y llanto en cada viña cuando yo llegue para castigarlos, pues ellas quedarán resecas». Lo ha dicho el SEÑOR.
18. ¡Cuánto van a sufrir aquéllos que anhelan que llegue el día de juicio del SEÑOR! ¡Pues ese día no será de fiesta y prosperidad como ustedes se lo imaginan, sino de tristeza y ruina!