10. Estando aún entre ustedes, pusimos una regla: «El que no trabaja, que tampoco coma».
11. Sin embargo, nos hemos enterado de que algunos de ustedes no trabajan y se pasan la vida sin hacer nada.
12. En el nombre del Señor Jesucristo, les ordenamos a dichas personas que se pongan a trabajar tranquilamente para ganarse la vida.
13. Hermanos, nunca se cansen de hacer el bien.
14. Si alguien se niega a obedecer lo que decimos en esta carta, señálenlo delante de todos y no se junten con él, para que se avergüence.
15. Pero no lo tengan como a un enemigo, sino repréndanlo como a un hermano.
16. Que el Señor de paz les dé paz en todo tiempo y en cualquier circunstancia. El Señor esté con ustedes.
17. Y aquí va el saludo que en todas mis cartas acostumbro escribir yo mismo para que se sepa que es una carta mía. Yo, Pablo. Esto es de mi puño y letra:
18. Que nuestro Señor Jesucristo derrame su amor sobre todos ustedes.