1. Después de esto, murió el rey amonita y le sucedió en el trono su hijo Janún.
10. Dejó el resto al mando de su hermano Abisay, el cual se encargaría de atacar a los amonitas que estaban en la ciudad.
11. Antes de ir a sus respectivos lugares, Joab le dijo a su hermano Abisay: «Si necesito ayuda contra los sirios, ven y ayúdame. Pero si los amonitas son demasiado fuertes para ti, yo iré y te ayudaré.
12. ¡Sé valiente!¡Vamos a pelear para salvar a nuestro pueblo y las ciudades de nuestro Dios! ¡Que el SEÑOR haga lo que mejor le parezca!»
13. Cuando Joab y sus soldados atacaron, los sirios se dieron a la fuga.
14. Cuando los amonitas vieron que los sirios huían, ellos también huyeron de Abisay y se refugiaron en la ciudad. Joab entonces regresó a Jerusalén.
15-16. Mientras tanto, los sirios, viendo que no podían hacerle frente a Israel, se reagruparon. Hadad Ezer mandó a buscar refuerzos al otro lado del río Éufrates. Éstos llegaron a Jelán bajo el mando de Sobac, jefe del ejército de Hadad Ezer.