6. Hizo quitar el abominable ídolo de Aserá del templo del SEÑOR, y lo llevó a las afueras de Jerusalén, al arroyo de Cedrón. Allí lo quemó y lo redujo a polvo, y arrojó el polvo sobre la fosa común.
7. Además, destruyó las habitaciones de los que se dedicaban a la prostitución sagrada en el templo del SEÑOR, y en las que las mujeres tejían túnicas para el ídolo de la diosa Aserá.
8. Hizo regresar a Jerusalén a los sacerdotes del SEÑOR que estaban viviendo en otras ciudades de Judá, e hizo derribar todos los santuarios de las colinas donde ellos habían quemado incienso, aun aquellos que estaban tan distantes como Gueba y Berseba. Además, destruyó los santuarios que estaban a la entrada del palacio de Josué, el gobernador de Jerusalén, y que estaba a la izquierda de una de las puertas de la ciudad.
9. Conviene señalar que los sacerdotes de los santuarios de las colinas no servían en el altar del SEÑOR en Jerusalén, pero sí comían con los otros sacerdotes.
10. Asimismo el rey destruyó el altar de Tofet, que estaba en el valle de Ben Hinón, para que nadie pudiera usarlo nuevamente con el propósito de sacrificar a sus hijos o hijas quemándolos en honor a Moloc.
11. También derribó las estatuas de caballos y carros que había cerca de la entrada del templo del SEÑOR, junto a las habitaciones de Natán Mélec, el eunuco, las cuales habían sido dedicadas por los reyes de Judá al dios sol.
12. A continuación derribó los altares que los reyes de Judá habían edificado en la azotea del palacio, sobre la sala de Acaz. Además destruyó los altares que Manasés había edificado en los dos atrios del templo del SEÑOR. Los molió, y esparció el polvo por el valle de Cedrón.
13. Luego hizo quitar los santuarios de las colinas que estaban al oriente de Jerusalén, al sur del Monte de la Destrucción (Salomón había edificado estos altares a Astarté, la detestable diosa de los sidonios, a Quemós el horrible dios de Moab, y a Milcón, el detestable dios de los amonitas).
14. Destrozó asimismo los ídolos de piedra y las abominables imágenes de Aserá. Luego llenó de osamentas humanas estos lugares.
15. En cuanto al altar y el santuario que Jeroboán hijo de Nabat había edificado en Betel, y con el cual había hecho pecar a Israel, derribó las piedras y las redujo a polvo, y quemó las imágenes abominables de la diosa Aserá.
16. Mientras Josías inspeccionaba los lugares, vio varias tumbas en la falda de la montaña. Ordenó a sus hombres que sacaran los huesos que había en ellas y los quemaran en el altar de Betel, para profanarlo, cumpliéndose así lo que el profeta del SEÑOR había dicho que ocurriría sobre el altar de Jeroboán.
17. —¿Qué monumento es ese que hay allí? —preguntó el rey.Y los hombres de la ciudad le respondieron:—Es la tumba del profeta que vino de Judá y declaró lo que ocurriría sobre el altar de Betel.
18. Entonces Josías respondió:—No hagan nada con él. No molesten sus huesos.Entonces respetaron sus huesos junto con los del profeta de Samaria.
19. Josías demolió los santuarios de las colinas en toda Samaria. Habían sido edificados por los diversos reyes de Israel que habían hecho enojar al SEÑOR. Josías los redujo a polvo, de la manera que había hecho en Betel,
20. y ejecutó a los sacerdotes de los santuarios paganos sobre sus propios altares, y quemó huesos humanos sobre los altares, para profanarlos. Después de esto regresó a Jerusalén.
21. Después, el rey ordenó a todo el pueblo: «Celebren la fiesta de la Pascua del SEÑOR, de acuerdo con las instrucciones que aparecen en el Libro del Pacto».