2. Josías hizo lo que agrada al SEÑOR, pues en todo siguió el ejemplo de su antepasado David, sin desviarse en nada.
7. Los administradores de la construcción no tienen que dar cuenta del dinero, porque son hombres honrados».
8. Un día, el sumo sacerdote Jilquías fue a ver al secretario Safán, y le dijo: «¡He encontrado, en el templo del SEÑOR, un rollo que contiene la ley del SEÑOR!» Y le entregó el rollo a Safán para que lo leyera.
15-16. Ella les respondió: «Díganle al hombre que los envió que así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Voy a destruir esta ciudad y sus habitantes, tal como lo he dicho en ese libro que has leído.
17. Porque el pueblo de Judá me ha abandonado y ha adorado a otros dioses, y ha hecho que mi ira arda contra este lugar, sin que se pueda apagar.
18-19. Pero, por cuanto estás triste y preocupado, y te has humillado delante de mí, al leer el libro y sus advertencias de que esta tierra sería maldita y destruida, y por cuanto has rasgado tu ropa y has llorado delante de mí con verdadero pesar, he escuchado tu petición.
20. La desgracia de este pueblo no ocurrirá sino hasta después de tu muerte, de modo que tú no verás el mal que traeré sobre este lugar”».Y ellos llevaron el mensaje al rey.