1. Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar en Judá, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre era Jedidá, hija de Adaías, de Boscat.
2. Josías hizo lo que agrada al SEÑOR, pues en todo siguió el ejemplo de su antepasado David, sin desviarse en nada.
7. Los administradores de la construcción no tienen que dar cuenta del dinero, porque son hombres honrados».
8. Un día, el sumo sacerdote Jilquías fue a ver al secretario Safán, y le dijo: «¡He encontrado, en el templo del SEÑOR, un rollo que contiene la ley del SEÑOR!» Y le entregó el rollo a Safán para que lo leyera.
11. Cuando el rey se enteró de lo que estaba escrito en él, se rasgó la ropa, lleno de temor,
12-13. y ordenó al sumo sacerdote Jilquías, al secretario Safán, a Ajicán hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al secretario Safán, y a su ministro Asaías: «Vayan a consultar al SEÑOR, para que sepamos qué tenemos que hacer, tanto yo como todo el pueblo, en cuanto a lo que está en este libro. Pues, según con lo que allí está escrito, nuestros antepasados no obedecieron la ley del SEÑOR, ni vivieron de acuerdo con su voluntad. ¡El SEÑOR debe estar muy enojado con nosotros por eso!»
14. Así que el sumo sacerdote Jilquías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el sector nuevo de Jerusalén. Huldá era esposa de Salún hijo de Ticvá y nieto de Jarjás, encargado del vestuario del palacio.