9. Los sacerdotes estuvieron de acuerdo en no seguir manejando el dinero, y en no estar al frente de las reparaciones del templo.
10. El sacerdote Joyadá hizo un agujero en la cubierta de un gran cofre y lo puso a la derecha del altar, a la entrada del templo del SEÑOR. Los porteros ponían allí todas las contribuciones del pueblo.
11. Cada vez que el cofre se llenaba, el secretario de finanzas del rey y el sumo sacerdote lo contaban, lo ponían en bolsas,
16. A los administradores de la construcción no se les pedía cuentas del dinero, porque eran hombres honestos y fieles.
17. Sin embargo, el dinero que se daba para ofrendas por la culpa y por el pecado no se llevaba al templo del SEÑOR, sino que se entregaba a los sacerdotes para su uso personal.
18. En este tiempo, Jazael, rey de Siria, atacó la ciudad de Gat y la conquistó. Luego se dirigió hacia Jerusalén, con el fin de atacarla.
19. Pero Joás tomó todos los objetos sagrados que sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, habían consagrado, juntamente con lo que él mismo había consagrado al SEÑOR, y todo el oro de la tesorería del templo del SEÑOR y del palacio, y lo envió a Jazael. Al recibir este regalo, Jazael desistió de atacar a Jerusalén.
20. El resto de la historia de Joás está escrita en los Anales de los Reyes de Judá.