1. Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo han alcanzado una fe tan preciosa como la nuestra:
2. que la gracia y la paz de Dios les sean multiplicadas por medio del conocimiento que tienen de Dios y de Jesucristo, nuestro Señor.
3. Dios en su gran poder nos ha concedido lo que necesitamos para llevar una vida piadosa. ¡Lo hizo cuando conocimos a Aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia!
4. Dios nos ha dado preciosas y grandísimas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción de este mundo debido a los malos deseos, puedan ser participes de la naturaleza divina.
5. Por eso, deben esforzarse para añadir a su fe una buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento;
6. al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción a Dios;
7. a la devoción a Dios, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor.
8. Si ustedes tienen estas virtudes y las desarrollan, éstas los ayudarán a crecer y conocer más a nuestro Señor Jesucristo, y los harán más fructíferos y útiles.
9. Por otro lado, el que no tenga estas virtudes está ciego o es corto de vista y ha olvidado que Dios lo limpió de sus viejos pecados.
10. Así que, amados hermanos, puesto que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto eche raíces en ustedes, pues así nunca tropezarán ni caerán.