3. También hizo una contribución de animales para el sacrificio cotidiano de la mañana y de la tarde, para el reposo semanal, para la festividad mensual de la nueva luna y para las demás fiestas anuales establecidas en la ley del SEÑOR.
4. Además le pidió al pueblo de Jerusalén que llevara sus diezmos a los sacerdotes y levitas, para que no tuvieran necesidad de realizar otras tareas sino que pudieran entregarse completamente a sus deberes, en la forma exigida por la ley del SEÑOR.
9. —¿De dónde ha venido todo esto? preguntó Ezequías a los sacerdotes y levitas.
10. Y Azarías, el sumo sacerdote del clan de Sadoc, respondió:—Éstos son diezmos. Hemos estado comiendo de ellos por muchas semanas, y esto es lo que ha sobrado. El SEÑOR, en verdad, ha bendecido a su pueblo.