2 Crónicas 26:13-19 Nueva Biblia al Día (NBD)

13. Este ejército estaba formado por trescientos siete mil quinientos guerreros fuertes y poderosos.

14. Uzías les entregó escudos, lanzas, yelmos, corazas, arcos y hondas.

15. Además, les entregó máquinas de guerra construidas en Jerusalén e inventadas por hombres inteligentes. Estas máquinas fueron colocadas en las torres y en las esquinas de la muralla de Jerusalén, y servían para arrojar flechas y piedras grandes. Con la maravillosa ayuda de Dios, Uzías llegó a ser muy famoso y poderoso, de modo que su fama era conocida en todas partes.

16. Pero cuando vio que tenía tanta fama y tanto poder, se convirtió en un hombre orgulloso. ¡Fue ese orgullo el que lo llevó a la desgracia! Tanta fue su arrogancia que un día, desobedeciendo SEÑOR, Dios de sus antepasados, entró al templo para quemar incienso sobre el altar.

17-18. El sumo sacerdote Azarías entró tras él con otros ochenta sacerdotes, todos hombres valientes, y le pidieron que saliera, y le dijeron: «No le corresponde a usted, rey Uzías, quemar incienso. Esta es tarea exclusiva de los sacerdotes, de los hijos de Aarón, que estén consagrados para esta obra. Salga, porque ha traspasado el mandamiento, y el SEÑOR no lo va a honrar por esto».

19. Uzías, lleno de ira, se negó a dejar el incensario que tenía en la mano, pero repentinamente quedó leproso.

2 Crónicas 26