2. Algunos años más tarde bajó a Samaria para visitar al rey Acab, el cual mató muchas ovejas y vacas para darles la bienvenida a Josafat y a sus acompañantes. Luego, el rey Acab le pidió al rey Josafat que uniera fuerzas con él en contra de Ramot de Galaad.
8. El rey de Israel llamó, pues, a uno de sus ayudantes, y le ordenó que fuera con toda prisa a llamar a Micaías hijo de Imlá.
9. Los dos reyes tenían puestas sus vestiduras reales y estaban sentados en sus tronos, en un lugar alto, a la entrada de Samaria. Todos los profetas estaban delante de ellos dando sus profecías.
19-20. Y dijo el SEÑOR: "¿Quién puede incitar al rey Acab a que vaya a la guerra en contra de Ramot de Galaad, para que encuentre allí la muerte?". Hubo muchas propuestas, pero finalmente un espíritu avanzó, y delante del SEÑOR dijo: "¡Yo puedo hacerlo!". El SEÑOR le preguntó: "¿Cómo lo harás?".
21. Y el espíritu respondió: "¡Actuaré como un espíritu de mentira en la boca de todos los profetas del rey!". Entonces el SEÑOR le dijo: "Anda y hazlo, porque así lo seducirás".
22. Así que el SEÑOR ha puesto un espíritu de mentira en la boca de tus profetas. ¡En realidad, el SEÑOR ha decidido precisamente lo contrario de lo que ellos te están diciendo!
23. Entonces Sedequías hijo de Quenaná se acercó a Micaías y le pegó una cachetada.—¡Eres un mentiroso! —vociferó—. ¿Cuándo fue que el espíritu de Dios me dejó para entrar en ti?
24. —Lo sabrás pronto —dijo Micaías—, ¡cuando tengas que esconderte en el más oscuro y apartado aposento!
25. —Prendan a este hombre y entréguenlo al gobernador Amón y a mi hijo Joás —ordenó el rey de Israel—.
26. ¡Díganles que yo ordeno que pongan a este sujeto en prisión y lo alimenten a pan y agua hasta que yo regrese a salvo de esta batalla!
27. Micaías respondió:—Si regresas sano y salvo, el SEÑOR no ha hablado a través de mí.Entonces, dirigiéndose a los que lo rodeaban, recalcó:—¡Tomen nota de lo que he dicho!
28. Así que el rey de Israel y el rey de Judá subieron contra Ramot de Galaad.