7. Asá les dijo a los de Judá: «Ahora es el tiempo oportuno para reconstruir esas ciudades y protegerlas con murallas, torres de vigilancia, puertas y barras, pues gozamos de paz. El SEÑOR nos ha permitido seguir gozando de nuestra tierra, y nos ha concedido tener paz con nuestros vecinos, por cuanto hemos sido obedientes a él. ¡Así que levantémonos y construyamos!».Así pues, se lanzaron al cumplimiento de este proyecto con todo éxito.
8. Las fuerzas de Asá, rey de Judá, contaban con trescientos mil soldados equipados con escudos grandes y lanzas. De los benjaminitas contaba con doscientos ochenta mil hombres armados con escudos pequeños y arcos. Ambos ejércitos se componían de hombres bravos y bien adiestrados.
11. Asá clamó al SEÑOR su Dios, y le dijo: «SEÑOR, ¡nadie más puede ayudarnos, sino tú! Estamos aquí impotentes delante de esta multitud tan poderosa. ¡SEÑOR Dios nuestro, ayúdanos! Porque confiamos en que tú puedes rescatarnos, y en tu nombre atacaremos a esta muchedumbre. ¡No dejes, SEÑOR, que ningún ser humano se levante contra ti!».
12. Entonces el SEÑOR derrotó a los etíopes. Fue así como el rey Asá y el ejército de Judá pusieron en fuga a los etíopes.
13. Los persiguieron hasta Guerar, y cayeron tantos etíopes que no pudieron reorganizarse, de modo que no quedó ni un solo hombre con vida, porque el SEÑOR y su ejército los destruyeron en forma total. La gente de Judá se apoderó de una gran cantidad de objetos y bienes de los etíopes.
14. Después atacaron las poblaciones que estaban cerca de Guerar. Los habitantes de esos lugares tuvieron mucho miedo y salieron huyendo. Entonces los de Judá se apoderaron de todo lo que habían dejado en sus ciudades.
15. Además, atacaron los campamentos donde había mucho ganado, y se llevaron una gran cantidad de ovejas y camellos. Después de eso, regresaron a Jerusalén.