1. Cuando el rey Abías murió, fue sepultado en Jerusalén, en la ciudad de David. Su hijo Asá ocupó el trono de Judá, y hubo paz en la tierra durante los primeros diez años de su reinado,
2. pues Asá se preocupaba por obedecer al SEÑOR su Dios.
3. Hizo demoler los altares paganos que estaban en los cerros, y destruyó las piedras sagradas e hizo pedazos la vergonzosa imagen de la diosa Aserá.
4. Además, demandó que toda la nación obedeciera los mandamientos del SEÑOR, Dios de sus antepasados.
5. Eliminó también las imágenes del dios sol que estaban en los cerros, y los altares para el incienso que había en cada una de las ciudades de Judá. Y Dios dio paz a su reino.