2 Corintios 3:8-18 Nueva Biblia al Día (NBD)

8. ¿No debemos esperar una gloria mucho mayor en estos días del ministerio del Espíritu Santo?

9. Si el ministerio que conducía a la condenación fue tan glorioso, cuánto más glorioso será el ministerio que justifica al hombre ante Dios.

10. En realidad, lo que fue glorioso es insignificante si se lo compara con esta supereminente gloria.

11. Y si lo que era perecedero tuvo gloria, mucho más la tendrá lo que permanece.

12. Y como tenemos esta esperanza, podemos predicar con plena libertad.

13. No como Moisés, que se cubría el rostro con un velo para que los israelitas no vieran que la gloria se le desvanecía.

14. Sin embargo, aun hoy día, cuando leen el Antiguo Testamento, parecen tener el corazón y la mente cubiertos por ese mismo velo. Sólo Cristo puede quitarles el velo para que entiendan.

15. Sí, todavía hasta el día de hoy, siempre que leen los escritos de Moisés, un velo les cubre el entendimiento.

16. Pero cuando una persona se vuelve al Señor, el velo se le quita,

17. porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad.

18. Así que todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejamos la gloria del Señor como si fuéramos espejos. Y el Espíritu del Señor nos va transformando de gloria en gloria, y cada vez nos parecemos más a él.

2 Corintios 3