2. Su hijo Saúl era el hombre más gallardo de Israel. Era más alto que todos los demás varones de Israel y los sobrepasaba desde los hombros hacia arriba.
3. Un día algunas burras de Quis se extraviaron, y éste envió a Saúl y a un criado para que las buscaran.
4. Recorrieron la región montañosa de Efraín, la tierra de Salisá, el área de Salín y toda la tierra de Benjamín, pero no las pudieron encontrar en ningún lugar.
5. Finalmente, después de buscar en la tierra de Zuf, Saúl le dijo a su criado:—Regresemos a casa, porque ahora mi padre debe estar más preocupado por nosotros que por las burras.
6. Pero el criado le dijo:—Acaba de ocurrírseme una idea. Hay un profeta que vive en esta ciudad. Él es muy respetado por todos sus habitantes, porque todo lo que dice ocurre. Vamos, busquémoslo y quizás él pueda decirnos dónde están las burras.
7. —Pero no tenemos con qué pagarle —replicó Saúl—. Aun nuestro alimento se ha acabado y no tenemos nada que darle.
8. —Bueno —dijo el criado—, yo tengo tres gramos de plata. Por lo menos podemos ofrecérselo y ver qué ocurre.
12. —Sí —respondieron—, sigue este camino. Acaba de llegar de un viaje y va a tomar parte en un sacrificio público en el lugar alto.
13. Si se dan prisa lo encontrarán antes que salga. Pero apúrense, porque el pueblo no comerá antes que él llegue. Él es el que ha de bendecir el sacrificio antes del banquete.
14. Entraron en la ciudad y apenas habían cruzado las puertas, vieron a Samuel que salía para ir hacia el lugar.
15. El SEÑOR le había dicho a Samuel el día anterior:
16. «A esta hora, mañana, enviaré a un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás rey de mi pueblo. Él los salvará de los filisteos, pues he oído el clamor de mi pueblo».
17. Cuando Samuel vio a Saúl, el SEÑOR le dijo: «Éste es el hombre del que te hablé: Él gobernará a mi pueblo».
18. Saúl se acercó a Samuel y le preguntó:—¿Puedes decirme dónde está la casa del vidente?
19. —Yo soy el vidente —respondió Samuel—, sube al lugar alto delante de mí y comeremos juntos. En la mañana te diré lo que quieres saber y te enviaré de regreso por tu camino.
20. Y no te preocupes acerca de las burras que se perdieron hace tres días, porque ya las han encontrado. Además, los más preciosos deseos de Israel se cumplirán por medio de ti y de tu familia.
21. —Perdóneme, señor —respondió Saúl—. Yo soy de la tribu de Benjamín, la menor de las tribus de Israel, y mi familia es la menos importante de todas las familias de mi tribu. Debe de haberse equivocado de hombre.