6. No sean soberbios ni rebeldes como el faraón y los egipcios. Ellos no quisieron dejar salir a Israel hasta que Dios los destruyó con plagas terribles.
7. Hagan, pues, un carro nuevo y consigan dos vacas que estén criando, vacas que no hayan sido enyugadas antes, y guarden sus becerros en el establo.
8. Coloquen el cofre del SEÑOR sobre el carro junto a la caja que contendrá los modelos de oro de las ratas y de los diviesos y luego dejen que las vacas vayan por el camino que quieran.
9. Si cruzan la frontera de nuestra tierra y entran en Bet Semes, que es territorio de ellos, sabremos que fue el SEÑOR quien envió este gran mal sobre nosotros; pero si no, si las vacas regresan a buscar a sus becerros, sabremos que la plaga fue simplemente una coincidencia y que no fue enviada por el SEÑOR.