1. Finalmente el SEÑOR le dijo a Samuel:—Basta ya de llorar a Saúl, porque lo he rechazado como rey de Israel. Toma un cuerno de aceite de oliva, ve a Belén y busca a un hombre llamado Isaí, porque a uno de sus hijos he escogido para que sea el nuevo rey.
2. Pero Samuel preguntó:—¿Cómo? Si Saúl se entera, me matará.—Lleva contigo una becerra y di que has ido a ofrecer un sacrificio al SEÑOR.
3. Invita a Isaí al sacrificio y yo te mostraré a cuál de sus hijos debes ungir.
4. Samuel hizo lo que el SEÑOR le ordenó. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron temblando a su encuentro.—¿Qué pasa? —le preguntaron—. ¿A qué has venido?
5. —No pasa nada —contestó Samuel—. He venido a ofrecer un sacrificio al SEÑOR. Purifíquense y acompáñenme al sacrificio.Y realizó el rito de la purificación en favor de Isaí y de sus hijos y los invitó al sacrificio.
15-16. Algunos de los servidores de Saúl le sugirieron un remedio.—¿Por qué no nos autorizas a buscar un buen músico que toque el arpa delante de ti cuando viene el espíritu que te atormenta? La música del arpa te dará tranquilidad y te hará bien.