28. Samuel le dijo:—¿Ves? El SEÑOR ha rasgado de ti el reino de Israel hoy, y se lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
29. Y el SEÑOR, que es la Gloria de Israel, no miente, ni cambia de parecer, porque no es como los hombres.
30. —He pecado —insistió Saúl—. Pero, por lo menos, hónrame delante de los jefes y delante del pueblo yendo conmigo a adorar al SEÑOR tu Dios.
31. Finalmente Samuel aceptó y le acompañó, y Saúl rindió culto al Señor.
32. Luego dijo:—Trae al rey Agag:Agag llegó sonriente, porque pensaba: «Seguramente ya ha pasado lo peor».
33. Pero Samuel le dijo:—Puesto que tu espada dejó a muchas madres sin hijos, ahora tu madre quedará sin su hijo.Y Samuel lo descuartizó delante del SEÑOR en Gilgal.
34. Entonces Samuel regresó a Ramá y Saúl a Guibeá.