11. «Lamento haber hecho rey a Saúl porque nuevamente me ha desobedecido».Samuel se apesadumbró cuando oyó lo que el SEÑOR le dijo, tanto, que lloró delante de Dios toda aquella noche.
12. Al día siguiente, de madrugada, salió a buscar a Saúl. Alguien le dijo que había ido al monte Carmelo a edificar un monumento para sí, y que luego se había ido a Gilgal.
13. Cuando Samuel finalmente lo encontró, Saúl lo saludó con alegría.—El Señor te bendiga —le dijo—. Bien he cumplido con el mandamiento del SEÑOR.
14. —Entonces, ¿qué son esos balidos de ovejas y mugidos de bueyes que oigo? —preguntó Samuel.
15. —Bueno, sí. El ejército reservó lo mejor de las ovejas y de las vacas, pero van a sacrificarlo al SEÑOR tu Dios, y hemos destruido todo lo demás.
16. Y Samuel le dijo a Saúl:—Un momento. Escucha lo que el SEÑOR me dijo anoche.—¿Qué te dijo? —preguntó Saúl.
17. Samuel le dijo:—Aun cuando tú mismo pensabas que eras poca cosa, el SEÑOR te ungió rey de Israel.
18. Él te envió un mensaje y te dijo: “Ve y destruye completamente a los pecadores, a los amalecitas, hasta que todos hayan muerto”.
19. ¿Por qué no obedeciste al SEÑOR? ¿Por qué te apresuraste a tomar botín y a hacer exactamente lo que el SEÑOR te prohibió que hicieras?
20. —Pero yo he obedecido al SEÑOR. Fui a donde me mandó. Traje prisionero al rey Agag, y maté a todos los demás.
21. Sólo que los soldados han tomado lo mejor de las ovejas, y de las vacas y del botín para ofrecerlo al SEÑOR.
22. Samuel respondió:—¿Se complace el SEÑOR tanto en los holocaustos y sacrificios como en que se obedezcan sus palabras? La obediencia es mucho mejor que los sacrificios. Él prefiere que le obedezcas a que le ofrezcas la gordura de los carneros.