20. Entonces Saúl y sus seiscientos hombres salieron a la batalla y encontraron que los filisteos se estaban matando unos a otros, pues había una terrible confusión en todas partes.
21. Y los hebreos que se habían unido a los filisteos se rebelaron y se unieron a los israelitas capitaneados por Saúl y Jonatán.
22. Finalmente, los israelitas que estaban ocultos en las colinas se unieron en la persecución cuando vieron que los filisteos huían.
23. De esta manera el SEÑOR salvó a Israel aquel día y la batalla continuó hasta más allá de Bet Avén.
24. Aquel día Saúl había declarado: «Caiga una maldición sobre cualquiera que coma algo antes de la tarde, antes que yo haya completado la venganza sobre mis enemigos».
25. Nadie comió aquel día aun cuando encontraron panales de abejas en el bosque,
26. porque todos tuvieron miedo de la maldición de Saúl.
27. Sin embargo, Jonatán, que no había oído la orden de su padre, sacó miel de un panal con un palo, y cuando terminó de comerla se sintió con más fuerzas.
28. Entonces alguien le dijo que su padre había lanzado una maldición sobre todo aquel que comiera aquel día, y a causa de eso todos estaban cansados y débiles.
29. «¡A quién se le ocurre!» —exclamó Jonatán—. Un mandamiento de este tipo solamente nos perjudica. Me siento mejor ahora que he comido este poco de miel.