18. —¡Oh, gracias, señor! —exclamó ella, y regresó muy alegre y comenzó a comer nuevamente.
19. El día siguiente toda la familia se levantó temprano y fueron al santuario a adorar al SEÑOR una vez más. Entonces regresaron a su hogar en Ramá, y cuando Elcaná durmió con Ana, el SEÑOR se acordó de su petición.
20. Pasado el tiempo, ella tuvo un hijo. Y le puso Samuel (Pedido a Dios) porque, como ella dijo: «Se lo pedí al SEÑOR».
21. Al año siguiente, Elcaná y Penina y sus hijos fueron a ofrecer el sacrificio anual al santuario,
22. pero Ana no fue esa vez porque le dijo a su marido:—Espera hasta que el niño haya sido destetado. Entonces yo lo llevaré y lo dejaré allí para siempre.
23. —Bien, haz lo que te parezca mejor —contestó Elcaná—. Quédate hasta que destetes al niño, y que el Señor vea el cumplimiento de tu voto.Así que se quedó en casa hasta que destetó al niño.
24. Entonces, aunque era muy pequeño, lo llevaron al santuario en Silo, juntamente con un becerro de tres años para el sacrificio y veinticuatro litros de harina y un odre de vino.
25. Después del sacrificio llevaron al niño ante la presencia de Elí.
26. «Señor, ¿te acuerdas de mi? —le preguntó Ana—. Yo soy la mujer que estuvo aquí hace algún tiempo orando al SEÑOR.
27. Le pedí a él que me diera un hijo, y él ha respondido a mi petición.
28. Ahora lo traigo para entregarlo al SEÑOR para toda la vida». Y adoraron allí al SEÑOR.