10. Entre tanto, todos los profetas seguían dando sus profecías delante de los dos reyes, que estaban con sus vestiduras reales, sentados en los tronos colocados en la era junto a la puerta de la ciudad.
11. Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró:—El SEÑOR promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.
12. Y los otros estaban de acuerdo.—Ve y ataca Ramot de Galaad —le dijeron—, porque el SEÑOR te dará la victoria.