7. Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa. Pero para los que no creen:«La piedra que los constructores despreciaron ha llegado a ser la piedra más importante».
8. Y también:«Es una piedra con la cual tropezarán y una roca que hará que caigan». Tropiezan porque no obedecen la palabra, ya que para ello estaban destinados.
9. Pero ustedes son una familia escogida, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien sus obras extraordinarias; él fue quien los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
10. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; antes no habían tenido compasión de ustedes, pero ahora ya les tienen compasión.
11. Queridos hermanos, les pido, como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo, que se mantengan lejos de los malos deseos que luchan contra la vida.