28. Cuando por fin Cristo haya sometido todo, el Hijo mismo se pondrá a las órdenes del Padre, para que Dios tenga la supremacía absoluta.
29. Si los muertos no fueran a resucitar, ¿para qué se bautizan algunos por los muertos? ¿Para qué lo hacen si no creen que los muertos resucitarán?
30. ¿Y para qué vamos a estar nosotros jugándonos constantemente la vida?
31. Les aseguro que a diario arriesgo la vida; tan cierto es esto como el orgullo que siento por ustedes, en Cristo Jesús, nuestro Señor.
32. ¿Qué he ganado yo enfrentándome en Éfeso a hombres que eran como fieras? Si no vamos a resucitar, ¡comamos y bebamos que mañana moriremos!
33. No se dejen llevar por los que dicen tales cosas. «Las malas amistades, echan a perder las buenas costumbres.»
34. Despierten y no pequen más, porque algunos de ustedes no conocen a Dios. Para avergonzarlos les digo eso.
35. Quizás algunos se pregunten: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?»
36. ¡Necio! Cuando uno siembra una semilla, no germina si no muere primero.
37. Y cuando el brote sale a flor de tierra es muy distinto de la semilla que se plantó. Lo que uno siembra es un simple grano de trigo o de cualquier otra planta,
38. pero Dios le da el cuerpo, del tipo que quiso que tuviera. La planta será de acuerdo con la semilla.
39. Hay diferentes tipos de cuerpos. Los hombres, las bestias, los peces y las aves son diferentes entre sí.