Romanos 10:2-9 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

2. Soy testigo de que buscan a Dios con ardor, pero sin el debido conocimiento.

3. Desconocen, en efecto, la fuerza salvadora divina y pretenden hacer valer la suya propia sin querer someterse a la de Dios.

4. Pero Cristo constituye el punto final de la ley y por él restablece Dios en su amistad a todo creyente.

5. En cuanto a la fuerza salvadora de la ley, así escribe Moisés: Quien cumpla la ley, encontrará vida en ella.

6. En cambio, de la fuerza salvadora de la fe dice así: No te inquietes preguntando: «¿Quién podrá subir al cielo?» —se sobrentiende que para hacer que Cristo baje—.

7. Ni tampoco: «¿Quién bajará al abismo?» —se sobrentiende que para hacer surgir a Cristo de la muerte—.

8. Lo que dice la Escritura es esto: La palabra está muy cerca de ti. Está en tus labios y en tu propio corazón. Y se trata de la palabra de fe que nosotros proclamamos.

9. Si, pues, tus labios confiesan que Jesús es el Señor y crees en tu interior que Dios lo hizo resucitar triunfante de la muerte, serás salvado.

Romanos 10