2. que Dios mismo había prometido en las Escrituras santas por medio de los profetas.
3. La buena noticia acerca de su Hijo, descendiente, en cuanto hombre, de David
4. y manifestado, en virtud de su resurrección de entre los muertos, como Hijo poderoso de Dios por la fuerza del Espíritu divino. Me refiero a Jesucristo, Señor nuestro,