Lucas 23:33-44 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

33. Cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.

34. Jesús entonces decía:—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.Los soldados se repartieron las ropas de Jesús echándolas a suertes.

35. La gente estaba allí mirando, mientras las autoridades se burlaban de Jesús, diciendo:—Puesto que ha salvado a otros, que se salve a sí mismo si de veras es el Mesías, el elegido de Dios.

36. Los soldados también se burlaban de él: se acercaban para ofrecerle vinagre y le decían:

37. —Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

38. Habían fijado un letrero por encima de su cabeza que decía: «Este es el rey de los judíos».

39. Uno de los criminales colgados a su lado lo insultaba, diciendo:—¿No eres tú el Mesías? ¡Pues sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros!

40. Pero el otro increpó a su compañero, diciéndole:—¿Es que no temes a Dios, tú que estás condenado al mismo castigo?

41. Nosotros estamos pagando justamente los crímenes que hemos cometido, pero este no ha hecho nada malo.

42. Y añadió:—Jesús, acuérdate de mí cuando vengas como rey.

43. Jesús le contestó:—Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.

44. Alrededor ya del mediodía, la tierra entera quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la tarde.

Lucas 23