5. Ellos se pusieron a razonar entre sí: «Si contestamos que lo recibió de Dios, él dirá: ¿Por qué, pues, no le creyeron?
6. Y si decimos que lo recibió de los hombres, el pueblo en masa nos apedreará, porque todos están convencidos de que Juan era un profeta».
7. Así que respondieron:—No sabemos de dónde.