18. y exclamaban al contemplar la humareda de la ciudad incendiada:—¿Hubo alguna vez una ciudad tan grande como esta?
19. Y, echándose polvo sobre la cabeza, lloraban y se lamentaban, diciendo:—¡Desgraciada de ti, la gran ciudad,fuente de riqueza para cuantossurcaban los mares con sus barcos!¡Un instante ha bastadopara convertirte en ruinas!
20. ¡Alégrate, cielo, al contemplarla,y ustedes también, los consagrados a Dios,los apóstoles y los profetas,porque Dios ha vengado en ella la causa de ustedes!
21. Un ángel poderoso levantó entonces un gran peñasco, como una gigantesca rueda de molino, y lo arrojó al mar, exclamando:—Así, violentamente, será arrojadaBabilonia, la gran ciudad,y nunca más se sabrá de ella.