18. Pero el anciano insistió:—Yo también soy profeta, como tú, y un ángel me ha ordenado, de parte del Señor, que te lleve conmigo a mi casa para que comas y bebas algo.Así lo engañó
19. y el otro fue con él a comer y beber en su casa.
20. Mientras estaban sentados a la mesa, el Señor habló al profeta que lo había hecho volver