28. Y Moisés dijo:—Ahora conoceréis que es el Señor quien me ha enviado para hacer todo esto, y que no lo he hecho por mi propia voluntad.
29. Si estos hombres mueren de muerte natural o siguiendo el destino común de todos los humanos, entonces no es el Señor quien me ha enviado.
30. Pero si el Señor hace algo extraordinario* y la tierra, abriendo su boca, los traga con todas sus pertenencias, de suerte que desciendan vivos al reino de los muertos, entonces sabréis que estos hombres han menospreciado al Señor.