48. Al punto, uno de ellos fue corriendo a buscar una esponja, la empapó en vinagre y sirviéndose de una caña se la acercó a Jesús para que bebiera.
49. Pero los otros le decían:— Deja, veamos si viene Elías a salvarlo.
50. Jesús, entonces, lanzando otra vez un fuerte gritó, expiró.