36. El amo envió otros criados, en mayor número que la primera vez; pero los labradores hicieron lo mismo con ellos.
37. Por último envió a su propio hijo, pensando: «A mi hijo lo respetarán».
38. Pero cuando los labradores vieron que se trataba del hijo del amo, se dijeron: «Este es el heredero. Matémoslo, y apoderémonos de su herencia».
39. Y, echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo asesinaron.
40. Por tanto, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41. Contestaron a Jesús:— Son unos miserables; los hará perecer sin compasión y confiará la viña a otros labradores que le entreguen a su tiempo el fruto que le corresponda.