Lucas 18:9-16 La Palabra Versión Española (BLP)

9. A unos que alardeaban de su propia rectitud y despreciaban a todos los demás, Jesús les contó esta parábola:

10. —En cierta ocasión, dos hombres fueron al Templo a orar. Uno de ellos era un fariseo, y el otro un recaudador de impuestos.

11. El fariseo, plantado en primera fila, oraba en su interior de esta manera: «¡Oh Dios! Te doy gracias porque yo no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Tampoco soy como ese recaudador de impuestos.

12. Ayuno dos veces por semana y pago al Templo la décima parte de todas mis ganancias».

13. En cambio, el recaudador de impuestos, que se mantenía a distancia, ni siquiera se atrevía a levantar la vista del suelo, sino que se golpeaba el pecho y decía: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, que soy pecador».

14. Os digo que este recaudador de impuestos volvió a casa con sus pecados perdonados; el fariseo, en cambio, no. Porque Dios humillará a quien se ensalce a sí mismo; pero ensalzará a quien se humille a sí mismo.

15. Llevaron unos niños a Jesús para que los bendijese. Los discípulos, al verlo, reñían a quienes los llevaban;

16. pero Jesús, llamando a los niños, dijo:— Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es para los que son como ellos.

Lucas 18