30. A él me refería yo cuando dije: «Después de mí viene uno que es superior a mí, porque él ya existía antes que yo».
31. Ni yo mismo sabía quién era, pero Dios me encomendó bautizar con agua precisamente para que él tenga ocasión de darse a conocer a Israel.
32. Y Juan prosiguió su testimonio diciendo:— He visto que el Espíritu bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él.
33. Ni yo mismo sabía quién era, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y permanece sobre él, ese es quien ha de bautizar con Espíritu Santo».
34. Y, puesto que yo lo he visto, testifico que este es el Hijo de Dios.