8. Cuando hablo, tengo que gritaranunciando violencia y destrucción;la palabra del Señor me servíade insulto y burla todo el día.
9. Me decía: No me acordaré más de él,no hablaré más en su nombre.Pero algo ardía en mi corazón como fuego,algo ardiente encerrado en mis huesos,que trataba inútilmente de apagar.
10. Oía a muchos murmurar:«Este es Terror-En-Derredor*,denunciadlo, vamos a denunciarlo».La gente que me era más cercanaandaba acechando mi traspié:«Tal vez, seducido, lo sometamosy podamos vengarnos de él».
11. Pero el Señor está conmigocomo poderoso defensor;por eso tropiezan al perseguirmey son incapaces de someterme.Quedan decepcionados al fracasar,nunca se olvidará su eterno deshonor.