1. Me dijo el Señor:—Ve a comprarte un cinturón de lino, y te lo ciñes a la cintura. Pero sin haberlo mojado antes.
2. Compré el cinturón, como me había mandado el Señor, y me lo ceñí a la cintura.
3. Entonces me dirigió el Señor la palabra por segunda vez, en estos términos: