4. Porque así dice el Señor Dios:Al principio mi pueblo bajó a Egipto, para habitar allí como forastero, y después Asiria lo oprimió sin motivo.
5. Y ahora —oráculo del Señor Dios—, ¿qué tengo que ver yo en esto: en que se lleven a mi pueblo por nada? Sus dirigentes lanzan gritos de protesta —oráculo del Señor— y continuamente, a diario, ultrajan mi nombre.
6. Por eso mi pueblo reconocerá mi nombre aquel día, sabrá que soy yo el que afirma: «Aquí estoy».
7. ¡Qué grato es oír por los monteslos pies del que trae buenas nuevas,que proclama la paz y el bienestar,que lanza el pregón de la victoria,que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!