46. Por su parte, David, que gozaba del favor de Dios, solicitó proporcionar un santuario a la estirpe de Jacob.
47. Sin embargo, fue Salomón quien lo construyó;
48. aunque debe quedar claro que el Altísimo no habita en edificios construidos por manos humanas, como dice el profeta:
49. Mi trono es el cielo, dice el Señor, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Por qué queréis edificarme un santuario o un lugar que me sirva de morada?
50. ¿No soy yo el creador de todas estas cosas?
51. Vosotros, gente testaruda, de corazón empedernido y oídos sordos, siempre habéis ofrecido resistencia al Espíritu Santo. Como vuestros antepasados, así sois vosotros.