31. Y le dijo:—Ven, bendito del Señor, no te quedes ahí fuera. Ya he preparado alojamiento y un lugar para los camellos.
32. El hombre entró en la casa. Enseguida Labán desaparejó los camellos, les dio agua y forraje, y llevó agua para que el criado de Abrahán y sus acompañantes lavaran sus pies.
33. Cuando le ofrecieron de comer, el criado dijo:—No probaré bocado hasta que no diga lo que tengo que decir.Labán le dijo:—Habla.