19. sino con la sangre preciosa de Cristo, cordero sin mancha y sin tacha
20. que, existiendo desde antes de la creación del mundo, se ha manifestado al final de los tiempos para vuestro bien.
21. Gracias a él, creéis en Dios, que lo resucitó triunfante de la muerte y lo llenó de gloria para que de esta manera vuestra fe y vuestra esperanza descansen en Dios.
22. Obedientes a la verdad*, habéis eliminado cuanto impide* una auténtica fraternidad. Amaos, pues, intensa y entrañablemente unos a otros