1. Cuando se les informó a Sanbalat, a Tobías, a Gesem el Arabe y a los demás enemigos nuestros que yo había reedificado la muralla y que no quedaba ninguna brecha en ella (aunque en aquel tiempo yo no había asentado todavía las hojas en las puertas),
2. Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: "Ven, reunámonos en Quefirim en el llano de Ono." Pero ellos tramaban hacerme daño.